sábado, 13 de octubre de 2012

Recuerdos vividos en aquellos bancos



El tiempo pasa. Pasa como pasaron aquellos momentos juntos.

En el lugar de siempre, en uno de estos dos bancos y a la misma hora, yo la esperaba. Mientras, el canto de los pájaros hacía mi espera más corta. Y entonces, ella aparecía con su libro de aventuras, con su cara inocente y su divertida sonrisa. Era muy guapa, yo diría que preciosa. Todas las tardes se sentaba a leer un poco.

Aquella tarde no fue como todas las anteriores, aquella tarde sería el comienzo de una bonita historia. Aquel día el destino quiso que ella se decidiese a hablarme, ya que yo, por timidez no era capaz.


-¿A quién esperas? Hoy hace un día muy bonito, ¿no crees?

-A nadie, me gusta pasar aquí la tarde -dije tartamudeando.

-¿Seguro? Yo diría que estás esperando a alguna chica con suerte.

No pude decir nada. Solo sonreí.

Y pasaron los días de otoño en esos mismos bancos; y entre sonrisas, palabras y miradas nos enamoramos.

Mi primer amor... Cambió el sentido de ver las cosas. Entonces, me di cuenta de que cuando ella sonreía el mundo se paraba a mis pies; de que sus ojos no eran de un solo color, sino que dependiendo de los rayos de sol eran verdes o azules y de que el libro que ella estaba leyendo era mi libro favorito, “Las mil y una noches”. Desde entonces cada día en estos bancos, leímos cada una de las historias de Sherezade.

Pero llegó el invierno, los pájaros se habían ido y ya no se escuchaba su canto. Junto a ellos, nuestras risas tampoco se oían, ya solo se escuchaba el movimiento de las hojas del árbol. Ella ya no estaba, se había ido. La echaba de menos, pero sabía que en el fondo me seguiría acompañando en las aventuras de nuestro libro.

El amor nos marca a todos cuando llega y hace que seamos, de algún modo, mejores personas. El primer amor nos despierta sentimientos que no se han experimentado antes en nosotros, hace saber lo que se siente al querer a una persona por primera vez. Luego podremos conocer a muchas más, y quizás alguna nos acompañe por el resto del camino, en otros lugares y otras tardes con otros libros, aunque sabemos que ese primer amor siempre lo recordaremos de una manera especial.
Esta es la historia, que aún sigo recordando a diario en estos bancos.

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