martes, 18 de junio de 2013

Un mundo lleno de imperfecciones y virtudes

Nadie es perfecto, pero todos somos únicos e inigualables. 
Siempre debemos respetar que todos somos iguales, tenemos los mismos derechos y oportunidades en la vida. En el siguiente vídeo podéis ver  un claro ejemplo de lo que significa la igualdad y solidaridad de la que debemos servirnos.

Puedes ser alto, bajo, pelirrojo o rubio, de piel oscura o clara, con pecas, gafas y te pueden gustar las mujeres, los hombres o los dos sexos, ¿son motivos para ser mejor que otra persona?
Sencillamente no, porque todos somos iguales y nadie se merece ser menos por ser diferente en algún aspecto. Por tener otra forma de pensar, por tener un físico distinto o porque tenga otros gustos.
Somos millones de personas y queramos o no tenemos que convivir unos con otros, con personas que nos caigan muy bien y con otras que no soportemos. Siempre habrá unas personas que quieras tener más cerca de ti que otras, pero recuerda que no eres más que nadie. Eso tenlo presente en todo momento para no despreciar a nadie. Trata siempre de buscar en las  personas lo bueno e intenta acostumbrarte a lo malo, ya que cuando se quiere a una persona, se quiere hasta  su peor defecto.

Nuestra finalidad debe ser conseguir ser felices y hacer felices a los demás. Conseguir que los de nuestro alrededor disfruten de nuestra presencia y tratar de brindarnos siempre que alguien lo necesite. Por supuesto que mirando hacia dentro en nosotros mismos, tenemos la obligación de dejar lo malo atrás y centrarnos en el presente.


Todos somos iguales, somos ciudadanos del mundo. Un mundo lleno de vida y de personas realmente distintas, pero llenas de cosas maravillosas por descubrir.

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